De Tienda a Consulta
Adela Miguel Carmona
Técnico Superior en Ortoprotésica. Licenciada en Pedagogía Terapéutica
Máster en Terapia Integral y Relación de Ayuda
¿Para qué la Relación de Ayuda en la Ortopedia ?
La finalidad de integrar una Comunicación Intencionada y Terapéutica, como es la Relación de Ayuda, en el proceso ortoprotésico se fundamenta, desde mi punto de vista, en tres líneas de pensamiento:
El rol que nosotros, como técnicos ortopédicos, desarrollamos en el proceso de rehabilitación de las personas que precisan usar un producto ortopédico nos posiciona dentro del itinerario del sistema médico-terapéutico-rehabilitador hacia la recuperación de la salud.
Así, formamos parte del equipo multidisciplinar socio-sanitario que puede necesitar una persona en un momento determinado de su tratamiento de enfermedad o dependencia (atención médica, rehabilitación, fisioterapia, enfermería, trabajadora social,…y ortoprotésica).
Tomando conciencia de la magnitud que abarca nuestras funciones profesionales, a nuestro conjunto de herramientas técnicas que vamos adquiriendo con la formación y experiencia diaria debemos incorporar herramientas psicopedagógicas. Protocolos de actuación psicopedagógicos incorporados en el proceso de orientación, asesoramiento y diseño ortoprotésico, previo a la entrega del producto final, que promuevan la recuperación de salud y/o autonomía personal del paciente.
La Relación de Ayuda es una herramienta psicopedagógica que tiene como objetivo generar un espacio de comunicación activa y empática (y por ello terapéutica) con el paciente, que se dé en cualquier sector profesional de la salud. Cada vez con mayor presencia en el ámbito de la enfermería, psiquiatría,…
Realizar una intervención ortoprotésica generando un espacio de Relación de Ayuda favorece que el paciente acepte mejor su realidad, supere su situación-problema y desarrolle recursos personales que le faciliten un cambio personal hacia la mejora de su autonomía personal y calidad de vida. Con ello podemos decir, hacia la rehabilitación y recuperación máxima de su salud.
El producto ortoprotésico es un objeto y como tal no tiene en sí mismo capacidad de intención. Es el usodel mismo por parte de la persona lo que activa, por decirlo de alguna manera, la función terapéutica para el cual ha sido diseñado. El producto en sí mismo no es terapéutico. La cualidad rehabilitadora del producto entra en acción cuando la persona lo utiliza.
A lo largo de mi experiencia me he preguntado si en mis funciones profesionales como técnico ortoprotésico se contempla la función de motivar al paciente a utilizar el producto ortopédico. ¿Yo tengo responsabilidad profesional en acompañar al paciente a que tome conciencia de la importancia que tiene para él y su rehabilitación utilizar el producto de ortopedia?
Si mi labor se limita a la entrega del producto y no realizo una exploración psicosocial de la persona ¿estoy realmente implicándome, desde mi profesión, en la rehabilitación y recuperación de la persona?
Tengo claro que la finalidad última de nuestra labor como profesionales de la ortopedia está centrada en que la persona, paciente-cliente, recupere o mejore su salud así como su autonomía personal, y con ello su calidad de vida a nivel integral (físico, emocional, social, laboral, familiar…) a través del uso de un producto de ortoprotésico.
Para la consecución máxima de este objetivo profesional, está en mi cartera de responsabilidades profesionales asegurarme que el paciente se relacione con el producto ortopédico desde una actitud de aceptación del mismo. Cerciorarme de que el paciente incorpora el uso del producto ortopédico en su cotidianidad, desde la aceptación y comprensión de los beneficios terapéuticos que le aporta en su proceso de rehabilitación y recuperación.
Para poder llevar a cabo esta función motivadora, la Relación de Ayuda es una herramienta básica a tener en nuestra carpeta de competencias profesionales.
La persona, en el proceso ortoprotésico en nuestra ortopedia, va a expresar una dolencia situada en alguna región de su cuerpo. Esta situa-ción-problema va a influir en todas las facetas de su vida cotidiana y va a repercutir en su estado emocional, en su estructura de pensamiento y en sus relaciones interpersonales.
En compañía del técnico ortopédico, de forma inconsciente, la persona va a mostrar su carácter propio: su forma habitual de resolver los problemas, su manera de pensar, sus intereses, sus frustraciones, su malestar emocional más allá de la dolencia física. A través del lenguaje verbal y del lenguaje corporal, la persona va a desplegar ante nosotros su personalidad.
Recoger el contenido de esta comunicación, atendiendo a la persona más allá de su dolencia física, desde el marco de intervención de Relación de Ayuda nos permite observar:
• Qué relación mantiene la persona con su enfermedad o situación de dependencia. ¿La persona se niega a aceptar su realidad, se resigna, la vive como una desgracia, la acepta como un proceso natural de vida…? ¿Qué piensa la persona de estar en esa situación?
• Qué relación mantiene la persona con el producto ortopédico. ¿Lo rechaza, lo acepta,…? ¿Qué piensa de sí misma cuando está usando el producto ortopédico? ¿Qué impresión tiene de sí misma en relación a su entorno si utiliza el producto ortopédico…?¿Qué emoción le generautilizar el producto ortopédico?
Al poner nuestra atención en estos aspectos emocionales y psicosociales del paciente, en relación al uso del producto ortopédico, nos facilita tener conocimiento de si la persona va a utilizarlo en pro de su recuperación o, por el contrario, va a mostrar una actitud negativa obstaculizando su proceso rehabilitador. Cabe señalar que usarlo en contra de su propia voluntad, con un sentimiento de imposición, puede genera daños emocionales colaterales que dificultarían aún más la recuperación personal.
Publicado en Artículos de Ortopedia #4 – 3er trimestre 2014
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